martes, 2 de octubre de 2007

A, B y C


A: Quiero que algo quede claro: cuando digo “entre 5 y 6, estoy queriendo decir que ni 8 ni 9”
B: Pero ayer explicaste que cuando decías “Entre pampa y la vía” querías decir que ni en Etcheverría ni en Bavio.
A: Porque Bavio ya no tiene servicio de ferrocarril.
B: ¿Noooo?
A: Ya no... antes... en otra época más feliz, solía pasar el tren por allí, pero hoy en día las vacas se han comido todo el pasto.
B: Entonces ya me queda claro porqué no hay que ir a Bavio.
A: Es un lugar muy triste ahora: sin tren y sin pasto.
B: Y sin sombrillas.
A: Me preocupa la capa de ozono.
B: Sin sombrillas.
A: Me preocupan los desodorantes en aerosol que no traen la etiqueta de advertencia al daño de la capa de ozono.
C: Y yo estoy cansado de los desodorantes bolita que se te pegotean en las manos.
A: ¿Quién te dio vela en este entierro?
C: Él.
A: (señalando a B) ¿él?
C: El mismo.
A: (a B) ¿Y por qué?
B: Porque me parece descortés no invitar a alguien a participar de un velorio. Después de todo, nadie conoce al muerto.
A: Eso es verdad.
B: Bueno, entonces lloremos.
C: ¿Ahora? ¿Sin pensar en nada?
A: Bueno, se puede pensar en algo triste. Pensemos (los tres piensan)
B: Mejor propongo que alguien se ponga a enumerar cosas tristes, así todos nos entristecemos con lo mismo.
A: Bien. ¿Quién empieza?
C: Yo cuento algo triste. Cuando era un niño, encontré un pichón muerto, y lo cuidé por horas. Después lo enterré en el jardín junto a mi perro.
B: ¡Qué triste! ¿Y qué más?
C: mmm..... ayer vi un hombre, un anciano, solo, en una plaza.
A: ¡Triste!
C: Y hoy cuando venía caminando por esta vereda, vi a un montón de gente llorando por ese muerto que está ahí.
A y B: ¡Qué triste!
C: Mucho. Ahora sí que me invade la angustia. Pensé: "me podría haber pasado a mí".
A: Eso es profundo. Yo también siempre pienso: ¡por favor, cualquier cosa menos quedarme ciego!
B: Y yo lo que me digo a veces es: bailá, corré, porque si un día tenés un accidente y perdés las piernas, las vas a extrañar después.
A: ¡Cuánta verdad!
C: Es lo que yo digo.
B: ¿Qué?
C: Que hay que ahorrar para los malos tiempos
A: Y yo digo: “Si a la planta no le das agua, se muere”
B: Eso dijiste ayer.
A: Pero cuando ayer dije eso, no quería decir eso.
B: ¿No?
A: No. Ayer quise decir: “Si el mamut anda por el hielo, se congela”
C: Eso explica su extinción.
A: No. Eso es explica que siempre andas metiendo las narices donde no se debe.
B: Hoy metió la nariz acá. Y no se debía.
A: Pero vos lo debiste...
B: Porque vos me debías...
C: Yo no debo nada a nadie. Y mi moral es intachable. Estoy aquí porque lo siento. Soy profundamente sensible, y eso me da derecho.
A: (a B) Dice que le da derecho.
B. Caramba. A mí me da izquierdo... ¿cómo puede ser?
C: Vuelvan a tirar los dados
A: Buena idea.
B: Ahora sí que estoy perdido.
A: Eso quiere decir que...
B: Mejor vamos yendo. Hay algo que tiene que quedar claro: que cuando yo digo “festejemos mi cumpleaños” no quiero decir “velemos el muerto ajeno”

No hay comentarios.: