lunes, 12 de mayo de 2008

aquí no estoy

Me despierto y me encuentro cara a cara con el azulejo. No entiendo mucho. Mis ojos están fríos. Mi abdomen reventado contra el piso también siente el frío. ¿Dónde estoy? Todo amarillo. La cabeza me da vueltas. El techo está alto. La luz es muy blanca. ¿Dónde estuve? ¿Cuánto tiempo hace que…?
Una línea de sangre corre por mi boca. Estoy toda golpeada. Mi cuerpo agujereado. He perdido sangre, líquidos, mierda. Estoy vacía. Me siento deshidratada. ¿Me vaciaron? Tengo esa sensación… de haber sacado algo de adentro mío… de haber sacado mucho… de haberme purificado. Podría incorporarme pero no quiero. Todavía estoy mareada y me siento contenida por el azulejo que tengo pegado a la boca. A ver si puedo recordar… sé que estuve llorando, tal vez horas. Tengo los ojos hinchados… no, los párpados, son los párpados… son como los de un boxeador que ha perdido una pelea. Desde la inmovilidad, giro un poco mi cuello. Mis piernas están desparramadas, podría estar quebrada. Veo un zapato rojo que está afuera de mi pie. ¿Será este el baño de mi casa? Eso no importa ahora. Importa mi nombre… mi nombre… prefiero no decirlo, aunque no estoy segura de que sea yo quien estoy pensando que puedo ser. Antes de esto… un living en donde hay un sillón rojo también… es una fiesta. ¿Tenía puestos esos zapatos rojos? ¿Estos pies son míos? Viajaba hacia la cordillera. Iba en el asiento 25 de un micro de dos pisos. Tomé un café frío, de esos de las máquinas… no sé si esto es verdaderamente así. Tenía zapatillas… me toco las costillas y creo que están bien, pero alcanzo a ver que tengo varias marcas, agujeros. Parece que por allí me hubieran pasado tubos. Ah, sí…sé que discutimos con R en la cocina. El tiró la comida que le había preparado. Una ensalada de berenjena. Discutimos porque él decía que las berenjenas no se comen en ensalada, tampoco esa mañana había ido a pagar la cuenta del gas, y eso lo había enfurecido. Me parece que me pegó un cachetazo. Me parece que le maté a su canario. Después creo que decidí irme a la cordillera o no sé si eso es lo que soñé después del golpe. Alguien me golpeó en la cabeza, no sé si él o si eso fue algo que leí en el diario mientras viajaba en el micro doble. ¿Anoche habrá sido la fiesta? ¿Yo me estaré por morir? ¿Será este el baño de mi casa? No recuerdo el baño de mi casa, pero sí que sonaba una música, era de una ópera, sonaba fuerte, tal vez era el audio de una película. Yo estaba en el baño, recuerdo que agarrada del bidé, quizá borracha; quizá enferma. Me retorcía en el inodoro. Un dolor intenso me atravesaba el cuerpo. Mis pies se tensaban y enroscaban allá abajo ¿en estos zapatos rojos?... Sé que en un momento incliné la cabeza y ahí ¡ahí me quedé cerquita de un azulejo amarillo! Una lágrima cayó lenta por mi ojo izquierdo, y creo que en ese momento pensé en la belleza de la escena, porque de fondo sonaba fuerte la ópera. La lágrima rodaba al tiempo que la nota más alta que cantaba la soprano, y esto me pareció hermoso. Una mujer semidesnuda, sufriendo, en silencio, musicalizada con esa voz dulce y dramática, que venía de afuera, de la fiesta. Entonces estaría en la fiesta y este sería el baño de… ¿quién me pegó? Tengo la sensación de que le hice daño a alguien. ¿Habrá alguien del otro lado de la puerta? ¿esta será una casa? ¿estaré en un hospital? ¿estaré soñando? Me zumba un oído. Es un sonido profundo. Parece que no hubiera nada más adentro de mi cabeza… ¿estaré muerta? Intento mover una mano y lo logro. No, no estoy muerta. Puedo parpadear, pero ¿moví la mano? Lo intento otra vez ¿la moví? No me doy cuenta de si lo que hago con mi cuerpo es real. Digo, ¿lo hago realmente? ¿Qué es real? ¿estaré drogada? No lo sé… creo que no tomo drogas… no si soy quien creo que soy, pero si no soy entonces todo puede ser. Todopuedeser menos yo que ser, que menos que, o al menos que… no, que menos, quémenos ¿a quién? ¿él? No… ¿a quién corté? Con un cuchillo, un cu…chi… yo… cuchillo, no, no estoy bien, no puedo mover el cuerpo, no recuerdo… tengo que pedir ayuda. Me trago el azulejo. Alguien tragó alga, estoy sola… ¿esto es el mar? ¿estoy flotando? Ayuda, por dios. ¡Saquenme de acá! ¡estoy herida! ¡me estoy muriendo! ¡Qué tormenta más negra se viene ahí… qué negro se ha puesto el cielo

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