sábado, 30 de marzo de 2013

Cementerio Club


Pero es que no entendés que cuando vas a ese cementerio de cosas muertas, en realidad vas a un cementerio de cosas muertas.
Una parte está muerta, porque los días mueren. Y mueren las flores, y mueren las estrellas.
No llores ahora porque mañana te vas a morir.
Pintá de rojo el techito de tu casa, y en el fondo hacé un pozo (pero no para vos, para una planta). Cuidá tu jardín, cuidá la flor, matá a la hormiga que se come el tallo, que al final siempre hay que andar matando algo para poder vivir.
Cuando a la noche vas a ese cementerio, no vas a ese cementerio. Abrís una puerta de cosas olvidadas, y una vez que estás ahí: seguís, seguís.
No tengas miedo que ahí no hay muertos, sólo recuerdos, infancias enterradas y algunas palabras, algunos rostros también, algunos otros yo.
No corras, que estás soñando. Tranquila, seguí una pista. Encendé una luz, que algo te está guiando. Claro que hay una respuesta, pero no creo que quieras saberla.
Así es mejor. Dejá algo de misterio.
Cuando te despiertes,  no digas que no entendiste, porque entendés.
No te culpes si no podés aceptarlo. La verdad es terrible en el fondo oscuro y terrible.
Y duele más, a la mañana.

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