sábado, 12 de abril de 2014

Poesía para sábado gris

¡Si pudiéramos ver el horno adonde creman nuestros sueños!
¡Si pudiéramos ver el horno en que nos cuecen a fuego lento!
Si pudiéramos contemplar, con serenidad, cómo se desintegran las cosas rotas.
Si pudiéramos sólo contemplar, sin dolor, sin dolernos…
                                    
Pero un corazón que late doliendo,
hace mucho esfuerzo.
Pero un corazón que late doliendo,
corre el riesgo de detenerse.

La pena duele. Está en el pecho.
se aloja sin permiso,
Invade, maldito huésped.
La pena nos conduce, nos cega
nos deja débiles.

¡Cómo podemos sobrevivir cuando se carga con tanta pena!
La vida se vuelve absurda, pierde su sentido.
Y nosotros, perdemos el centro, y la cordura.

¡Si pudiéramos ver el horno adonde creman nuestros sueños!
Las lágrimas se teñirían de borrosas imágenes, de recuerdos viejos,
de ilusiones vanas, de un otrora más bello, de un tiempo idealizado.

La muerte de las cosas, nos hace valorarlas.
Pero frente a las cenizas, no queda más que despedirse,
Volver a la casa con calma,
                                           por un camino amarillo.
Tomar un té,
Respirar hondo.

Levantarse otra vez mañana, un poco olvidando.

No hay comentarios.: