martes, 18 de marzo de 2008

Fatalidad

Que hay un pozo en la cocina, nos dice, entonces va Flora, va Ángel, voy yo y todos de repente en la cocina para ver si lo del pozo no es macana ¡y no es macana! que no va que cuando llegamos estaba la Negra, metida hasta la cintura con zapato y todo en ese pozo mugriento que se hizo parece que anteanoche. Ángel dice que me corra y agarra un repasador y empieza a hacer movimientos como de pases mágicos, porque dice que la cocina está tomada, de qué va a estar tomada, dice Flora, el que está tomado sos vos, no ves que ese es el pozo que el tarado del albañil dejó abierto, entonces meta discutir con Ángel, mientras yo digo que hay que llamar a los bomberos y la señora Violeta dice que a la policía y está con una agendita en la mano y parece que busca el número, mientras que estos dos pelean como los chicos y la Negra se hunde en el pozo como un barquito, yo le digo que aguante y Flora la sigue con Ángel, porque éste ahora le recrimina una buchoneada que la bocona de Flora se mandó el otro día con Alejandro, cuando le dijo que era mentira que la mamá de Ángel estuviera internada en una clínica de Rawson. Ahora, es estúpida esta Flora, venir a decirle eso justo a Alejandro, para mí que lo hizo a propósito, seguro, si ella no tiene un pelo de tonta y le busca roña a Ángel, se la tiene jurada desde lo que le hizo en el 96. Bueno ahí estaban meta discutir mientras la Negra se hundía en el pozo como si debajo de ella estuvieran esas arenas movedizas tan famosas del desierto creo que del Sahara que si te agarran sonaste, bueno, a la Negra le pasó así, yo no sé qué mierda tuvo que ir a meter la pata ahí, pero lo mismo da pensar eso ahora porque la metió y terrible lío se armó en la casa que ahora le da por tragarse a los empleados. A lo mejor es un sistema de exterminio silencioso que estos cogotudos están implementado y por ahora prueban con nosotros que parecemos no importarle a nadie, pienso eso, porque una cosa como esa es para ponerse a dudar. Yo, por si acaso, hago mi tarea calladita y no me meto con nadie, aunque me parece que con esto ya quedé pegada, porque el pozo se la tragó nomás a la Negra y ahora anda dando vueltas la policía para buscar declaraciones y más pistas ¿yo qué quieren que les diga? pasó eso, como a los cinco de la tarde nos vinieron a avisar de ese pozo y cuando fuimos la otra ya estaba luchando por su vida ahí adentro pobrecita. Flora dijo después que en realidad antes había ahí un pozo ciego, pero Ángel, más supersticioso, dice que esto le huele feo y relaciona el episodio con un muñequito raro que trajo la señora Violeta de su último viaje a la India. Para mí que son macanas de Ángel esas, porque yo vi ese muñequito y ni miedo que da. Es una porquería tallada en madera con una piedra incrustada como si fuera un tercer ojo. Ni siquiera es una piedra preciosa, es una piedrita de morondanga que no tiene brillo. Bueno, pero él anda con esa teoría, de no sé qué cosa de la cuarta dimensión o la quinta, que por su puesto no le quiso contar a la policía. Yo estoy triste por la Negra, porque tenía dos hijitos chicos y porque no era mala mujer, ahora esos chiquitos quedaron huérfanos porque del padre hace mucho que no se sabe, lo importante, dijo la señora Violeta, es que no tenía más familia que la reclamara y eso le evitará seguramente problemas con la justicia. Ahora lo que sí, después de ayer, quedó un silencio en la casa, que como se dice se corta el aire con tijera, porque claro, nadie entiende todavía muy bien lo que pasó y ni siquiera se puede afirmar que la Negra esté muerta. La cocina quedó cerrada por la policía, que después de sacarle muchas fotos la llenó de fajas. A mí me da miedo pasar por ahí, pero también un poco de curiosidad, y además me digo que si paso cerca tendría que quedarme a escuchar: a ver si todavía grita la Negra y nadie la escucha. Ángel dice que no va a gritar porque los demonios saben bien lo que hacen; Violeta en cambio le prendió una vela y dice que sabe que la Negra está muerta porque un bombero le dijo que de un pozo ciego no se salva nadie. La Flora ya anda diciendo que vio el fantasma, pero mirá que ya va estar el fantasma si la pobrecita se murió ayer, si es que está muerta, y además si está muerta seguro se fue a visitar a sus dos hijitos que ahora que no está ella no van a tener a nadie. Yo no sé, a mí me parece todo muy confuso. Lo que sí, adentro de esa cocina seguro que no vamos a trabajar más. Hoy por suerte con todo este alboroto nos pedimos unas empanadas y nos dieron el día por el duelo, que aprovechamos para hacer otras cositas ya que no hay velorio ni entierro. En fin, pobre negra... lo único que espero es que esté donde esté no esté sufriendo pobrecita.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mari la verdad me gusto mucho tu cuento, como siempre ingenioso y ambiguo, siempre puedo ver un poco mas de lo que escribis, debe ser que en eso esta la gracia, quizas yo piense una cosa y venga otro y piense otra diferente a mi y a lo que te motivo a escribirlo. Ademas esta bueno que es gracioso y morboso a la vez... Mica